Warren Buffett y la paciencia como estrategia en medio de la tormenta bursátil

Me encontraba en Omaha, una ciudad que una vez al año se convierte en la capital mundial del capitalismo, cuando Warren Buffett, con sus 94 años, volvió a recordarnos por qué sigue siendo una de las figuras más influyentes del universo financiero.

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DANIEL GIL

5/5/20253 min read

En plena tormenta bursátil, causada por la inestabilidad económica y una creciente tensión comercial internacional, Berkshire Hathaway, el conglomerado que preside desde hace décadas, anunció que ha acumulado una liquidez sin precedentes: 347.771 millones de dólares. Una cifra que no solo llama la atención por su magnitud, sino por lo que implica: una declaración de prudencia y paciencia en tiempos de incertidumbre.

Durante el primer trimestre del año, mientras los índices bursátiles retrocedían y el mercado se tambaleaba bajo el peso de decisiones erráticas desde la Casa Blanca, Buffett optó por reforzar su posición en activos de alta liquidez. La mayor parte de esos fondos —más de 305.000 millones— están invertidos en títulos del Tesoro estadounidense a corto plazo.

El resto se reparte entre efectivo y equivalentes líquidos de sus principales divisiones de negocio: seguros, energía, servicios y ferrocarriles. En otras palabras, está preparado para moverse con rapidez cuando aparezca la oportunidad adecuada. En la tradicional junta de accionistas de Berkshire Hathaway, celebrada en Omaha con una expectación que rozó el fervor, se dejó sentir un aire de sobriedad. Aunque la acción de la compañía cotiza en máximos históricos, con una revalorización del 20% en lo que va de año, Buffett dejó claro que no ve razones para festejar con euforia.

En lugar de embarcarse en nuevas adquisiciones o aventuras especulativas, ha continuado vendiendo posiciones —incluidas partes de Apple— y manteniéndose al margen del frenesí del mercado. En total, las ventas netas del trimestre ascendieron a casi 1.500 millones de dólares. Este conservadurismo ha sido interpretado por muchos como una derrota frente a la revolución de la inteligencia artificial, una ola que otros grandes inversores han sabido surfear con más agresividad.

Sin embargo, Buffett parece haber apostado por un principio que lo ha acompañado durante toda su vida: no invertir por seguir modas, sino por convicción. Y esa convicción, hoy, se traduce en cautela. No obstante, los resultados del trimestre también evidencian las tensiones que atraviesa Berkshire. El beneficio neto cayó un 64% —hasta los 4.603 millones de dólares— debido a la volatilidad del mercado, y el beneficio operativo, más representativo del desempeño real de la compañía, retrocedió un 14%, impactado principalmente por una debilidad en el negocio asegurador. Los incendios forestales en California le costaron cerca de 860 millones.

En su informe trimestral, la compañía advierte sin rodeos del incierto entorno económico y geopolítico. Las referencias a la guerra comercial iniciada por Donald Trump son inequívocas. El documento subraya que los efectos de estas tensiones pueden trasladarse a toda la operativa del grupo: desde costes de producción y eficiencia de la cadena de suministro hasta la demanda misma de productos y servicios. En resumen, el conglomerado no descarta impactos adversos en la mayoría de sus líneas de negocio.

Desde mi asiento en el auditorio, observé cómo el legendario “Oráculo de Omaha” hablaba con su habitual serenidad. No hubo frases grandilocuentes, ni vaticinios espectaculares. Solo una verdad simple: en tiempos como los actuales, la liquidez es poder. Y Buffett la atesora como quien espera la oportunidad de su vida. Puede que no esté listo para lanzarse aún, pero cuando lo haga, lo hará con la fuerza de quien ha sabido esperar mientras otros se desesperaban.

En este escenario global volátil y cambiante, la estrategia de Warren Buffett nos recuerda que, a veces, no hacer nada también es una forma de actuar. La liquidez no solo protege: también prepara el terreno para el siguiente gran movimiento. Y si algo nos ha enseñado Buffett, es que cuando todos miran al cielo con miedo, él mantiene los pies firmes sobre la tierra… y la caja llena.