Nicolas Cage: El rey del despilfarro y la caída del castillo de naipes

En el mundo del cine, Nicolas Cage es un nombre que resuena con fuerza. Ha protagonizado éxitos de taquilla, ganado un premio Óscar y, en su mejor momento, acumuló una fortuna de más de 150 millones de dólares. Sin embargo, a pesar de haber amasado una riqueza envidiable, el actor terminó al borde de la bancarrota. Su historia es un recordatorio brutal de que ganar dinero es solo la mitad de la ecuación; la otra mitad es saber administrarlo.

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MARCOS RAMOS

3/7/20252 min read

En el mundo del cine, Nicolas Cage es un nombre que resuena con fuerza. Ha protagonizado éxitos de taquilla, ganado un premio Óscar y, en su mejor momento, acumuló una fortuna de más de 150 millones de dólares. Sin embargo, a pesar de haber amasado una riqueza envidiable, el actor terminó al borde de la bancarrota. Su historia es un recordatorio brutal de que ganar dinero es solo la mitad de la ecuación; la otra mitad es saber administrarlo.

Cuando el dinero no tiene límites... hasta que los tiene

A finales de los años 90 y principios de los 2000, Nicolas Cage era uno de los actores mejor pagados de Hollywood. Películas como La Roca, Contracara y 60 segundos le aseguraban cheques millonarios. Con cada nuevo papel, su cuenta bancaria engordaba, y con ello, su apetito por los gastos extravagantes crecía sin control. Lo que para otros actores habría sido una inversión prudente en propiedades o negocios rentables, para Cage fue un derroche sin freno. Entre sus compras más descomunales destacan:

Castillos en Europa: No uno, sino varios. Adquirió propiedades medievales en Alemania y el Reino Unido, convencido de que necesitaba un hogar digno de un rey.

Una isla en las Bahamas: Un paraíso tropical privado que, según se dice, apenas visitó.

Cráneos de dinosaurio: Gastó 276.000 dólares en un cráneo de un Tyrannosaurus bataar, solo para descubrir que había sido saqueado ilegalmente de Mongolia y tuvo que devolverlo.

Coches de lujo y cómics de colección: Se hizo con una flota de vehículos de alta gama y gastó 2,1 millones de dólares en un cómic de Superman, convirtiéndose en una de las compras más caras de la historia en el mundo del coleccionismo.

Un pulpo como mentor de actuación: Creía que el animal le ayudaría a mejorar su interpretación.

La caída: impuestos, deudas y la venta de su imperio Mientras Cage seguía adquiriendo propiedades y objetos exóticos, el Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos (IRS) tomaba nota. En 2009, el actor se enfrentó a una deuda fiscal de más de 6 millones de dólares. Sin efectivo suficiente para cubrirla, comenzó a vender desesperadamente sus bienes: castillos, mansiones, coches y, por supuesto, su querida isla. Aquel hombre que había vivido como la realeza se vio obligado a aceptar cualquier papel en el cine, sin importar su calidad, para saldar sus deudas. Así fue como pasó de protagonizar grandes éxitos a encabezar un sinfín de películas de serie B, generando titulares que ridiculizaban su descenso.

Lección financiera: Invertir no es gastar

La historia de Nicolas Cage es un ejemplo de que no importa cuánto dinero ganes si no sabes administrarlo. Muchas personas creen que la riqueza es un pozo sin fondo, pero sin control financiero, incluso una fortuna multimillonaria puede evaporarse. Los errores de Cage dejan una enseñanza clara:

✔️ Diversifica tus inversiones en activos que generen ingresos.

✔️ Evita gastos impulsivos en bienes sin valor real o depreciables.

✔️ La planificación fiscal es clave para evitar problemas con Hacienda.

✔️ La riqueza no se trata solo de ganar dinero, sino de saber conservarlo. Hoy, Nicolas Cage sigue trabajando arduamente para mantenerse a flote. Aunque ha logrado recuperarse parcialmente, su historia sigue siendo una advertencia sobre los peligros de la mala gestión financiera. Después de todo, ni siquiera ser una estrella de Hollywood te salva de la bancarrota si no sabes controlar tus gastos.