La volatilidad sigue: cómo navegar en un mercado de incertidumbre

A medida que los días transcurren y observo el comportamiento errático de los mercados financieros, la pregunta resuena con fuerza entre inversores, analistas y gestores: ¿seguirá la volatilidad en las bolsas?

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DANIEL GIL

5/1/20253 min read

Personalmente, no albergo dudas: sí, lamentablemente creo que la volatilidad continuará dominando la escena bursátil. En estos tiempos, los movimientos de los mercados se ven impulsados más por decisiones políticas que por los fundamentales económicos tradicionales. Esta nueva dinámica nos obliga a abrocharnos el cinturón y prepararnos para convivir con subidas y bajadas abruptas en plazos muy cortos.

Factores que alimentarán los vaivenes bursátiles

Reflexionando sobre el escenario actual, identifico un elemento clave que alimentará aún más la volatilidad: las decisiones políticas. Los recientes parones para renegociar temas tan delicados como los aranceles no son sino períodos de incertidumbre encubierta. Tres meses de negociaciones pueden parecer una tregua, pero en realidad son una extensión de la inestabilidad, pues durante ese tiempo todo puede suceder.

Y lo más inquietante es que ni siquiera al término de esos plazos tenemos garantía alguna sobre cuál será el desenlace. En este entorno, las bolsas seguirán moviéndose al ritmo de anuncios inesperados, tensiones geopolíticas y cambios de rumbo en las políticas monetarias y fiscales de las principales potencias. La volatilidad, por tanto, no será un fenómeno pasajero, sino una constante con la que deberemos aprender a convivir.

Estrategias para encontrar refugio en un entorno incierto

Frente a este panorama, surge la tentación de abandonar la bolsa, de buscar refugio fuera del riesgo. Sin embargo, salir del mercado puede ser una decisión aún más arriesgada que mantenerse. La historia demuestra que los mercados, aunque sufran caídas bruscas, también son capaces de recuperaciones rápidas y contundentes.

Perderse un solo día de fuerte repunte puede afectar gravemente la rentabilidad acumulada en el largo plazo. En estos momentos, la serenidad es más valiosa que nunca. Es crucial mantener carteras bien construidas, robustas y, si el contexto lo exige, dotadas de un sesgo más conservador. Adaptarse no significa actuar de forma precipitada, sino ajustar la estrategia con inteligencia. Mantener posiciones cercanas al índice y diversificar correctamente pueden ser las mejores herramientas para atravesar esta etapa de alta volatilidad.

La renta fija flexible como alternativa de diversificación

Una de las soluciones más interesantes que observo en este contexto son las estrategias de renta fija flexibles. Aunque no son infalibles ni inmunes a los vaivenes del mercado, sí ofrecen un grado de protección y estabilidad superior en comparación con otros activos. Estas estrategias permiten diversificar no solo en tipos de activos, sino también en enfoques y geografías. Para quienes buscamos construir carteras sólidas capaces de resistir tormentas, la renta fija flexible se presenta como un complemento indispensable. Eso sí, conviene recordar que una exposición parcial a la renta variable sigue siendo fundamental para asegurar el crecimiento del patrimonio a largo plazo.

Un ejemplo concreto:

BNP Paribas Global Absolute Return Bond

Dentro de esta categoría, un fondo que me resulta especialmente interesante es el BNP Paribas Global Absolute Return Bond. Este vehículo de inversión está concebido con un propósito primordial: la preservación del capital, al tiempo que busca generar una rentabilidad superior al mercado monetario, situándose en torno a un objetivo bruto del 2,5%, antes de comisiones.

Lo que distingue a este fondo es su impresionante nivel de diversificación.

Actualmente maneja cerca de 300 líneas de inversión en su cartera, diluyendo así los riesgos de manera significativa. Pero su versatilidad no se limita a los activos: también combina entre 25 y 35 estrategias distintas de renta fija, lo que le permite aprovechar oportunidades en diferentes condiciones de mercado. Su capacidad de adaptación es notable. En cuanto a la duración, por ejemplo, puede posicionarse entre -3 y +3, lo que le otorga una agilidad excepcional para implementar tanto estrategias direccionales como de valor relativo. Los resultados avalan su enfoque.

A 16 de abril, la clase retail del fondo presentaba una rentabilidad neta anual del 2,5%, con un rendimiento del +0,45% solo en abril, uno de los meses más turbulentos del año. Esta consistencia en entornos adversos convierte al fondo en una pieza clave para quienes buscan estabilidad y descorrelación dentro de sus carteras.

Conclusión

Hoy más que nunca, la gestión activa y flexible es esencial para navegar un mundo financiero donde la política dicta el compás. La volatilidad, lejos de desaparecer, parece haberse instalado como una característica estructural de los mercados actuales. Como inversores, debemos aceptar esta realidad, diseñar estrategias adaptativas y elegir herramientas de inversión que nos permitan protegernos sin renunciar a las oportunidades de crecimiento. No se trata de acertar siempre, sino de construir carteras resilientes, capaces de sortear la tempestad y salir reforzadas en el largo plazo.