La Propuesta de Joe Biden para Reducir los Arsenales Nucleares: Obstáculos y Perspectivas Geopolíticas

La propuesta del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, de abrir negociaciones para reducir los arsenales nucleares con potencias como China, Rusia y Corea del Norte, pone sobre la mesa un desafío crucial en el ámbito de la seguridad internacional. Aunque la iniciativa busca promover la estabilidad global, la complejidad del contexto geopolítico actual y los intereses divergentes de estas naciones dificultan enormemente alcanzar un acuerdo sostenible. La historia reciente y la evolución de las políticas nucleares de estas potencias subrayan los retos de un objetivo que, a pesar de ser noble, es difícil de implementar y mantener.

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EMILIANO GÓMEZ

10/21/20244 min read

Una Historia de Acuerdos Nucleares y Obstáculos Persistentes

Desde la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, los esfuerzos para reducir el armamento nuclear han sido constantes pero inconsistentes. A lo largo de varias administraciones estadounidenses, desde Obama hasta Trump, se han hecho intentos por negociar tratados que limiten la proliferación y el uso de armas nucleares. Sin embargo, el éxito ha sido limitado y las tensiones entre potencias han resurgido, creando un entorno en el que los acuerdos previos pierden vigencia o se rompen unilateralmente.

El experto José Ignacio Castro, del Minerva Institute, señala que la propuesta de Biden enfrenta desafíos sin precedentes. La realidad actual no es la misma que la del periodo de la Guerra Fría, cuando el mundo estaba dividido en dos bloques. Hoy, el escenario geopolítico está fragmentado y dominado por potencias regionales con agendas y prioridades distintas, lo que complica cualquier intento de negociación multilateral.

China y Corea del Norte: La Dificultad de Lograr un Entendimiento

La relación con China es uno de los mayores obstáculos para las negociaciones. China nunca ha firmado un acuerdo de reducción nuclear con los Estados Unidos y, dado su creciente protagonismo y sus ambiciones geopolíticas en el mar de China Meridional y el Pacífico, no parece probable que cambie su postura. Para Pekín, cualquier reducción en su arsenal podría interpretarse como una señal de debilidad frente a su rival, lo que complicaría su posición estratégica en la región.

Por otro lado, Corea del Norte utiliza su arsenal nuclear no solo como una herramienta de disuasión, sino como un pilar fundamental para la supervivencia del régimen. La retórica beligerante y el desarrollo continuo de misiles intercontinentales como el Hwasong-15 muestran la firme intención de Pyongyang de mantener y expandir su capacidad nuclear. En este contexto, cualquier intento de negociación que no garantice la seguridad del régimen norcoreano tiene pocas posibilidades de prosperar.

La Posición de Rusia y la Nueva Doctrina Nuclear

La relación con Rusia presenta un reto adicional. Según Castro, la doctrina nuclear rusa ha evolucionado en los últimos años. Rusia ya no ve las armas nucleares solo como un elemento de disuasión, sino también como un recurso estratégico para obtener ventajas en un conflicto. Este cambio implica que, en situaciones de riesgo para sus intereses, Rusia podría emplear armas nucleares tácticas. Esto representa un cambio significativo en el panorama global, pues cualquier intento de negociación que busque limitar estas capacidades choca con la doctrina actual de Moscú, que considera las armas nucleares no solo como defensivas sino también como ofensivas en determinados escenarios.

Además, los acuerdos anteriores como el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), firmado entre los Estados Unidos y la Unión Soviética en 1987, ya no se cumplen o han expirado, lo que crea un vacío que dificulta el establecimiento de nuevas bases para un entendimiento.

Nuevas Amenazas y el Riesgo de una Proliferación en Cadena

El análisis de Castro no se limita solo a las potencias tradicionales, ya que menciona el riesgo creciente de otras potencias emergentes como Irán. Si este país logra desarrollar un arsenal nuclear, podría desestabilizar aún más la región de Oriente Medio, lo que generaría una respuesta en cadena. Arabia Saudita, por ejemplo, podría optar por nuclearizarse para contrarrestar la influencia iraní, mientras que la presencia de Israel como potencia nuclear no declarada añade un factor adicional de tensión.

En este contexto, cualquier esfuerzo de desmilitarización se convierte en un ejercicio extremadamente complejo, pues un solo movimiento en esta partida de ajedrez global podría desencadenar una reacción en cadena. La competencia entre estas potencias, cada una con sus intereses y dinámicas particulares, hace que las negociaciones sean complicadas y que las tensiones nucleares sigan siendo un punto neurálgico en las relaciones internacionales.

Conclusión: Un Camino Empinado hacia la Reducción de Arsenales

La propuesta de Joe Biden se enfrenta a una realidad en la que las tensiones y las rivalidades geopolíticas complican cualquier avance significativo. La multipolaridad del mundo actual, combinada con las doctrinas nucleares agresivas de potencias como Rusia y el uso del arsenal nuclear por Corea del Norte como elemento de supervivencia, hace que los acuerdos sean difíciles de alcanzar.

El camino hacia un mundo con menos armas nucleares requiere no solo de negociaciones multilaterales intensas, sino también de un cambio fundamental en las percepciones estratégicas de estas potencias. Sin embargo, a corto plazo, parece poco probable que estas dinámicas cambien significativamente, lo que sugiere que el riesgo nuclear seguirá siendo una constante en el panorama internacional.

En última instancia, para avanzar en la reducción de arsenales nucleares, las potencias globales deberán encontrar maneras de asegurar sus intereses sin recurrir a la disuasión nuclear. Esto implicaría un esfuerzo conjunto para fortalecer la confianza y garantizar la seguridad regional mediante tratados efectivos y compromisos verificables. De no ser así, el fantasma de la proliferación y el uso potencial de armas nucleares continuará marcando la política internacional en las próximas décadas.