Sin embargo, a pesar de estas noticias positivas, la confianza de empresas e inversores sigue cayendo por la incertidumbre comercial que genera Estados Unidos. Esto se refleja en datos negativos tanto en Europa como en EE. UU., lo que apunta a una posible desaceleración económica.

El BCE bajó los tipos al 2,25% gracias a que el euro está fuerte y el petróleo ha bajado, lo que reduce el riesgo de inflación. Esto le da margen para seguir bajando tipos si es necesario. Esta semana se esperan nuevos datos económicos y muchos resultados de empresas. Ya hay señales de que los sectores que no son de consumo básico están sufriendo. Aunque algunas empresas han cumplido con las expectativas, otras muestran caídas importantes en pedidos o ventas, lo que genera preocupación.

En resumen: aunque hay pequeños impulsos por decisiones puntuales, la incertidumbre global sigue pesando. Las bolsas han retrocedido más del 10% desde sus máximos y muchos inversores buscan refugio en el oro, que ha alcanzado precios récord.