¿En qué fondos de inversión apostamos hoy? Reflexiones en un entorno incierto

En un mercado marcado por la volatilidad y la incertidumbre, encontrar ideas claras de inversión se ha vuelto no solo oportuno, sino absolutamente necesario. Como inversora consciente de los tiempos que vivimos, he comprendido que la clave no está únicamente en buscar rentabilidad, sino también en proteger el capital y construir carteras sólidas que resistan los vaivenes globales.

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DANIEL GIL

5/2/20253 min read

Hoy más que nunca, dirigir con precisión nuestras apuestas de inversión exige un análisis profundo del escenario económico y geopolítico actual. Al observar el panorama internacional, me resulta evidente que las tensiones comerciales y el desanclaje económico entre gigantes como Estados Unidos y China son determinantes.

Cada decisión en materia de aranceles, cada palabra pronunciada por la Reserva Federal estadounidense, tiene un impacto inmediato en los activos que componen nuestras carteras. En este contexto, disponer de información actualizada y saber interpretarla resulta un factor diferenciador. Frente a esta situación, he vuelto la mirada hacia los activos reales globales como alternativa para equilibrar mi cartera. El oro, una vez más, se ha convertido en el protagonista indiscutible, alcanzando máximos históricos que superan las previsiones más optimistas de entidades como UBS. No puedo dejar de considerar la posibilidad de que los futuros del oro lleguen a tocar los 3.500 dólares la onza, como algunos analistas del mercado anticipan. En paralelo, observo una interesante descorrelación entre los bonos y la renta variable. Esta evolución proporciona nuevas oportunidades de diversificación, que incluyo en mi estrategia para mitigar riesgos.

Dentro de los activos reales, las tierras agrícolas destacan especialmente. Limitadas por naturaleza y capaces de generar explotación económica, constituyen una herramienta eficaz para aquellos, como yo, que pensamos a largo plazo. De igual manera, los activos ilíquidos empiezan a llamar poderosamente mi atención. Aunque requieren una evaluación detallada de sus riesgos y ventajas, y de las alternativas que ofrece el mercado secundario, ofrecen rentabilidades atractivas con una volatilidad significativamente menor.

Esta clase de activos, típicamente reservada para inversores sofisticados, está ganando terreno en carteras que buscan estabilidad real frente al ruido del mercado. Siguiendo esta línea prudente, he explorado también vehículos como el NB Short Duration Euro Bond, un fondo que prioriza la preservación del capital sin renunciar a generar alfa gracias a una gestión activa y flexible de la duración de los bonos, siempre dentro de un marco temporal acotado a dos años. Esta estrategia, particularmente útil en tiempos de tipos de interés volátiles, proporciona un colchón adicional frente a las sorpresas que los mercados nos deparan. Además, he observado un cambio en las tendencias de rotación de carteras: el interés se inclina hacia valores de perfil value y hacia las small y midcaps, áreas tradicionalmente más resilientes en fases de recuperación económica y en mercados en búsqueda de nuevas oportunidades. La forma en que accedemos a la información y al asesoramiento financiero también está evolucionando. No es casual que tres de cada cuatro inversores particulares en todo el mundo recurramos hoy a plataformas y aplicaciones digitales para informarnos o realizar inversiones.

Este dato no solo confirma una tendencia irreversible hacia la digitalización, sino que también plantea la necesidad de estar aún más alerta y selectivos ante el volumen de información disponible. Por ello, mantengo el compromiso de actualizarme continuamente, aprovechando recursos como cursos de formación online sobre creación de carteras de dividendos o introducción a las criptomonedas. Esta educación continua resulta fundamental para tomar decisiones fundamentadas en un entorno cada vez más complejo. En cuanto a las temáticas de inversión más prometedoras, identifico cinco grandes áreas que están marcando la diferencia:

Digitalización y Tecnología, Longevidad y Bienestar, Reto Demográfico, Desarrollo Responsable y Alianzas Mundiales.

Son tendencias de largo recorrido que, a mi juicio, merecen ser incorporadas progresivamente en nuestras carteras. Sin embargo, soy consciente de que no todo es crecimiento agresivo. Las estrategias de baja volatilidad y aquellas basadas en dividendos están ganando terreno entre inversores que, como yo, valoramos la estabilidad sobre la promesa de rentabilidades excesivas. En un mercado donde las curvas de rentabilidad de los bonos soberanos presentan oscilaciones impredecibles, optar por productos conservadores con duraciones cortas resulta una estrategia sensata para proteger el capital.

Hoy más que nunca, invertir exige prudencia, flexibilidad y una mente abierta para adaptarnos a los nuevos paradigmas. Apuesta por activos reales, ilíquidos selectivos, deuda de corta duración y tendencias globales de crecimiento sostenible. Y sobre todo, sigue formándote y buscando asesoramiento de calidad. Esa es, en definitiva, la brújula que me guía en este mar de incertidumbre hacia nuevas oportunidades de inversión.