El Mercado Resiste: Cómo Aprovechar las Oportunidades Entre la Calma y la Tormenta

Últimamente, he notado que el mercado mantiene un equilibrio sorprendente, impulsado por una liquidez acumulada durante más de una década y por los balances abultados de los bancos centrales. Es como si el mercado tuviera un colchón que lo protege de caídas bruscas. Esta estabilidad no significa que no haya movimientos, sino que los sobresaltos se amortiguan más de lo habitual, ofreciendo margen para reaccionar con cabeza fría. Esta semana, el enfoque de los inversores cambia de manera evidente: dejamos atrás el ruido de los aranceles, que ya no generan tanta atención por su falta de claridad, y nos concentramos en los resultados empresariales.

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SANTI CULLELL

5/4/20252 min read

Considero que este giro es clave, porque suelen surgir oportunidades interesantes justo antes de que la actividad del mercado empiece a bajar, algo típico a partir de finales de julio. Ya he visto que en años anteriores, recortes puntuales en las bolsas ofrecieron buenos precios para activos como tecnología, semiconductores o inversiones en India. Sectores con potencial de crecimiento a medio y largo plazo, que a veces se ven arrastrados por caídas generales del mercado, pero que en el fondo mantienen una salud sólida. Esto es lo que llamo una oportunidad disfrazada: cuando todo parece bajar, los activos de calidad quedan a tiro. Con los bancos estadounidenses publicando sus resultados esta semana, espero cifras decentes, con crecimientos de beneficios entre el 3% y el 13% dependiendo de la entidad.

Por ejemplo, Bank of America apunta a un crecimiento más modesto, mientras que Goldman Sachs podría presentar un aumento significativo de beneficios. Y aunque las previsiones para el S&P 500 marcan un crecimiento medio de beneficios del 6%, no me sorprendería que finalmente superen ese número, como ya ha pasado otras veces.

La historia reciente nos enseña que el S&P tiene por costumbre batir las expectativas, un fenómeno que suele generar pequeñas olas de optimismo entre los inversores. Además, hay que tener presente la inflación en Estados Unidos, que probablemente suba ligeramente, acercándose al 3%. Esto podría empujar a la Reserva Federal a bajar tipos en septiembre, aunque sin grandes expectativas de más recortes después.

Esta situación refuerza la idea de un mercado que se mantiene estable, sin grandes sorpresas pero tampoco grandes caídas, como si navegara en aguas relativamente tranquilas. No debemos olvidar otros datos macroeconómicos relevantes esta semana, como el índice de sentimiento económico en Alemania y el índice de confianza de la Universidad de Michigan. Ambos reflejan el ánimo de los agentes económicos y pueden influir indirectamente en los mercados globales. En definitiva, veo un mercado resistente, con potencial para ofrecer buenas oportunidades de compra si se producen correcciones puntuales. Ahora es el momento de estar atentos, antes de que la actividad se enfríe en agosto.

Como decía Benjamin Graham, el padre de la inversión inteligente: “El mercado es como un péndulo que siempre oscila entre el optimismo y el pesimismo”. Lo importante es saber aprovechar el momento justo para entrar.