El curioso caso del dólar: cómo la política arancelaria de Trump ha debilitado a su propia moneda

Lo que comenzó como una ofensiva comercial contra China ha terminado por volverse en contra de Estados Unidos. Esta vez, el golpe ha sido directo al corazón financiero del país: el dólar. Desde hace una semana, la moneda estadounidense no deja de perder valor y ha alcanzado mínimos históricos en tres años frente al euro, y niveles no vistos desde 2015 frente al franco suizo. En los mercados, ya no se habla solo de aranceles ni de desacuerdos diplomáticos. Hoy, el tema es la desconfianza.

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ALEX SEGURA

4/14/20254 min read

Lo que comenzó como una ofensiva comercial contra China ha terminado por volverse en contra de Estados Unidos. Esta vez, el golpe ha sido directo al corazón financiero del país: el dólar. Desde hace una semana, la moneda estadounidense no deja de perder valor y ha alcanzado mínimos históricos en tres años frente al euro, y niveles no vistos desde 2015 frente al franco suizo. En los mercados, ya no se habla solo de aranceles ni de desacuerdos diplomáticos. Hoy, el tema es la desconfianza.

Un dólar en declive inesperado

Cuando a principios de año el dólar se encontraba en paridad con el euro, pocos podían anticipar una depreciación tan abrupta como la que estamos viviendo ahora. En este preciso momento, el euro se acerca peligrosamente a los 1,14 dólares. Lo que debería ser una buena noticia para los turistas europeos —poder adquisitivo reforzado para viajar a EE.UU.— queda empañado por un panorama financiero convulso, marcado por una creciente volatilidad, caídas bursátiles y una política económica impredecible. Esta depreciación del dólar resulta desconcertante incluso para los analistas más experimentados. Matthew Ryan, director de estrategia de mercado de la fintech Ebury, no dudó en titular su último informe con un guiño literario: “El curioso caso del dólar estadounidense”. Y no es para menos. Porque lo que ocurre desafía la lógica tradicional de los mercados. Según la teoría económica más básica, los aranceles —al reducir la demanda de importaciones— tienden a fortalecer la moneda del país que los impone. Además, en tiempos de incertidumbre, el dólar suele actuar como refugio, repuntando frente a otras divisas. Nada de eso está sucediendo. En lugar de apreciarse, el dólar se está desplomando.

¿Por qué está cayendo el dólar?

Las razones de este fenómeno son múltiples, pero tienen un denominador común: la falta de confianza. El mercado percibe una desorganización estructural en la conducción económica de la Casa Blanca. Las decisiones arancelarias de Donald Trump no solo han sido unilaterales y agresivas, sino también improvisadas y carentes de un marco estratégico coherente. Como advertía la nota de Ebury, “el proceso seguido para establecer el monto de las tarifas ha minado la confianza en el marco institucional estadounidense”. A este contexto se suma el impacto de las tensiones con los principales socios comerciales. La respuesta de China, que ha replicado con un nuevo aumento en sus tarifas de importación, ha cerrado aún más el círculo de hostilidad. Esta escalada, lejos de proteger la economía norteamericana, ha aislado a su moneda en un clima global cada vez más adverso.

Un síntoma del desorden estructural

Desde mi punto de vista, lo que estamos observando no es solo una debilidad coyuntural del dólar, sino un reflejo más profundo del desorden institucional que atraviesa Estados Unidos. La falta de un plan económico claro, el déficit fiscal creciente y el enfrentamiento abierto con naciones que no solo son socios comerciales, sino también tenedores clave de deuda estadounidense, han creado una tormenta perfecta. Y el dólar, que durante décadas fue el símbolo incuestionable de estabilidad, comienza a mostrar grietas. El economista jefe de la Organización Mundial del Comercio, Ralph Ossa, lo expresó con claridad: en teoría, los aranceles deberían provocar una apreciación de la moneda nacional. Pero en esta ocasión, los mercados han interpretado el movimiento como un factor de riesgo, no de fortaleza. Y ante el riesgo, se refugian… pero en otras divisas o en el oro, no en el billete verde.

Un momento delicado para la economía global

El debilitamiento del dólar tiene implicaciones mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos. Las monedas emergentes, los mercados de materias primas y los flujos de capital global se ven directamente afectados. En mi experiencia, la depreciación del dólar genera un efecto dominó que altera los contratos internacionales, encarece las materias primas cotizadas en esa divisa y complica las proyecciones de ingresos de muchas multinacionales. Todo esto ocurre mientras se recrudece la guerra comercial con China, se intensifica la presión inflacionaria y crecen los temores a una recesión. La suma de factores ha convertido al dólar en un reflejo del desconcierto, y no del liderazgo, del poder económico norteamericano.

Conclusión: una moneda, muchas señales

La caída del dólar no es un accidente. Es una señal. Una advertencia de que el sistema económico mundial ya no responde con la misma docilidad a las maniobras de Washington. El billete verde, que durante décadas fue un pilar de confianza incluso en las peores crisis, hoy se ve arrastrado por la lógica errática de una política comercial sin brújula. En este escenario, la pregunta ya no es solo cuánto más puede caer el dólar, sino qué consecuencias tendrá su debilitamiento sobre el equilibrio global. Porque cuando la moneda de referencia pierde su aura de refugio, el mundo entero se ve obligado a redefinir sus certezas. Y eso, en medio de una guerra comercial abierta, puede ser solo el comienzo de algo aún más complejo.