Comentario de mercado: entre la volatilidad, los patrones y la incertidumbre
Hace dos semanas planteé dos posibles escenarios para el S&P500. El escenario base contemplaba una caída hacia una zona técnica concreta, seguida de una recuperación vigorosa. A día de hoy, ese escenario sigue vigente: la media de 200 sesiones —una referencia clave para muchos operadores— no ha sido superada de forma clara. Sin embargo, debo reconocer un error significativo: la semana pasada anticipé un rebote más amplio, y la realidad del mercado ha demostrado que fue un cálculo erróneo. La situación actual del mercado es, sencillamente, desconcertante. Ni los típicos reequilibrios de fin de trimestre ni unas condiciones técnicas aparentemente favorables han conseguido frenar la presión bajista. Y lo que resulta aún más inquietante es la aparición de una figura técnica de alta potencia: una estrella del atardecer por encima de resistencias, un patrón que suele anticipar caídas del 3 al 6% con una fiabilidad del 70%, especialmente cuando se confirma con la pérdida de mínimos y un volumen débil en la segunda vela —justamente lo que hemos
ACTUALIDAD MERCADOS
JON FERGUSON
3/31/20254 min read


Hace dos semanas planteé dos posibles escenarios para el S&P500. El escenario base contemplaba una caída hacia una zona técnica concreta, seguida de una recuperación vigorosa. A día de hoy, ese escenario sigue vigente: la media de 200 sesiones —una referencia clave para muchos operadores— no ha sido superada de forma clara. Sin embargo, debo reconocer un error significativo: la semana pasada anticipé un rebote más amplio, y la realidad del mercado ha demostrado que fue un cálculo erróneo. La situación actual del mercado es, sencillamente, desconcertante. Ni los típicos reequilibrios de fin de trimestre ni unas condiciones técnicas aparentemente favorables han conseguido frenar la presión bajista. Y lo que resulta aún más inquietante es la aparición de una figura técnica de alta potencia: una estrella del atardecer por encima de resistencias, un patrón que suele anticipar caídas del 3 al 6% con una fiabilidad del 70%, especialmente cuando se confirma con la pérdida de mínimos y un volumen débil en la segunda vela —justamente lo que hemos observado.
La media de 200: la línea roja
La media de 200 sesiones es mucho más que un dato estadístico: es una auténtica línea roja en el sentimiento del mercado. Su pérdida, seguida de un pullback y una ruptura del mínimo anterior, suele anticipar correcciones de mayor calado. Esta misma secuencia precedió la gran caída de 2022. Son procesos largos, llenos de trampas y falsas esperanzas: primero un rebote del 3%, luego del 6%, después otro del 7%... pero la tendencia bajista permanece intacta.
RSI y Kijun: brújulas en medio del caos
En entornos tan volátiles como el actual, creo firmemente en volver a lo esencial. Un buen sistema para gestionar estos mercados es la combinación del RSI con el Kijun del Ichimoku. Si el RSI se mantiene por debajo de 40 y no hay dos velas consecutivas por encima, la presión bajista sigue dominando. El Kijun, por su parte, actúa como filtro eficaz: si se superan dos velas cerrando por encima y además se rompe el máximo reciente, entonces puede ser momento de revisar las posiciones cortas. Pero si no se cumplen estas condiciones, la paciencia es la mejor aliada. Estamos ante un mercado bajista, asimétrico y complicado, donde lo que funcionaba en 2023 o 2024 —años más benignos y alcistas— puede ser ahora ineficaz o incluso contraproducente.
Una nueva fase macro: siete días clave
La próxima semana será determinante. Vienen curvas en forma de datos cruciales: el ISM manufacturero (martes 1), el ISM de servicios (jueves 3) y el informe de empleo en EE. UU. (viernes 4). A ello se suma un anuncio previsto del expresidente Trump sobre nuevas medidas arancelarias (miércoles 2), capaz de agitar aún más a los mercados. Según Michael Hartnett (BofA), si la cifra de empleo cae por debajo de los 100.000 puestos, el mercado podría registrar nuevos mínimos. En cambio, si se mantiene entre los 100.000 y 200.000, podría interpretarse como un “aterrizaje suave”, algo que tranquilizaría a los inversores.
Sentimiento de mercado: desorientación generalizada
Desde la mesa de trading de Goldman Sachs se resume con claridad: el mercado está “agotado”. El S&P500 ha caído un 1,5% en la última semana, el Nasdaq un 2,4% y el Russell 2000 un 1,9%. La incertidumbre macroeconómica, la falta de visibilidad y el ruido político-comercial están dejando a los inversores sin referentes claros. Los fondos largos están vendiendo, y los hedge funds también. Y eso se nota. Hartnett añade que el problema no es tanto el contenido de la política arancelaria como la forma en la que se está comunicando. El consumidor se muestra cada vez más nervioso. Las expectativas de inflación han subido del 2,7% al 5% en pocos meses. El índice de confianza del consumidor, según el Conference Board, ha caído al nivel más bajo desde 2013. Incluso la palabra “recesión” vuelve a dispararse en Google.
Los siete magníficos, bajo presión
Las grandes tecnológicas —Nvidia, Apple, Google, Microsoft, Tesla, Meta y Amazon— están acusando el golpe. El price-to-sales de Nvidia, que llegó a 42, ha bajado a 21. Apple cotiza en torno a 8,5 y Google en 5,9. Esta corrección en las valoraciones está siendo contundente, y dado el peso que estas compañías tienen en el S&P500, su impacto es considerable. Europa: estímulo fiscal y redefinición estratégica Mientras tanto, Europa entra en una fase de gasto fiscal sin precedentes. Alemania, históricamente reacia al déficit, planea invertir 1,1 billones de dólares en cuatro años. Este cambio responde a tres grandes dependencias que ahora se quieren corregir: energética (de Rusia), industrial (de China) y militar (de Estados Unidos). Esta reconfiguración estratégica podría alterar el mercado de bonos y tensionar los equilibrios fiscales del continente.
Conclusión: ante la tormenta, serenidad
El escenario que enfrentamos es complejo. Nos esperan datos cruciales, señales técnicas frágiles, un sentimiento deteriorado y decisiones políticas poco claras. En este entorno, mi recomendación es clara: prudencia. Operar a corto plazo, ser reactivo, ajustar las estrategias y evitar compromisos a largo plazo hasta que se disipe la niebla. ¿Y si la mejor decisión es no hacer nada? También es válido. A veces, observar desde la barrera es la estrategia más inteligente. Esta podría ser una de esas semanas. Hay que estar preparados para cuando el viento vuelva a soplar a favor. Hasta entonces, paciencia, disciplina y una buena dosis de cautela.
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