Bailando en la cima: mi visión de un mercado que no quiere parar, pero pide prudencia

He pasado los últimos días pegado a las pantallas, con los gráficos abiertos desde primera hora de la mañana. Es una rutina que se ha convertido casi en un ritual: el café, las noticias y después esa primera mirada al mercado, que muchas veces dice más que cualquier titular. Hoy quiero compartir, de manera pausada y cercana, lo que estoy viendo. No es una recomendación, ni mucho menos una guía infalible. Es, simplemente, mi visión personal de este momento tan peculiar que estamos viviendo en los mercados.

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JON FERGUSON

7/28/20253 min read

El mapa del mercado, visto desde mi pantalla

Voy a empezar con lo que, para mí, es la radiografía diaria. Me gusta verlo como si cada activo fuera una pieza de un puzle que al final encaja en una imagen global.

DAX alemán: aquí no hay historia que contar por el momento. Está cerrado, sin dar señales claras. Lleva tiempo en un rango lateral, como si esperara algo.

Euro/dólar: los largos siguen funcionando. La última corrección se frenó justo en las bandas de Mogalef, tal y como preveíamos. Es un movimiento limpio, técnico.

Bitcoin: lo sigo manteniendo largo. Es un activo que obliga a estar siempre alerta: se mueve rápido, pero ahora mismo sigue su rumbo alcista.

Bono americano a 30 años: aquí me mantengo corto. Eso sí, estoy vigilando porque si rompe resistencias podría cambiar el panorama.

S&P 500: lleva tiempo en modo alcista y, sinceramente, no veo motivos técnicos para cambiar de opinión en este instante.

Nasdaq: igual que el S&P, con un tono alcista muy definido.

Oro: fuera. Sin señal ni para largos ni para cortos.

Petróleo: también en largo, pero lo vigilo de cerca.

Nvidia: este valor es otra historia. Está fortísimo y sigue en largo con un impulso admirable. Si resumo todo esto en una sola frase: tendencia general alcista, con algunas excepciones puntuales como el bono americano y el oro, que está en neutral.

Cómo lo siento ahora mismo La sensación que tengo frente a estos gráficos es la de estar bailando en una fiesta muy animada, pero con la mirada puesta en la salida. Porque sí, la música suena bien, los mercados suben, pero noto que todo está demasiado tenso, sobrecalentado. Esto no quiere decir que la tendencia vaya a girarse de un día para otro. Al contrario: en el medio plazo todo apunta a que podría seguir subiendo. Sin embargo, a corto plazo, me parece que estamos en un punto muy parecido al que vivimos en 1998: mercados sobrecomprados, euforia generalizada, y ese riesgo latente de una corrección fuerte del 10 % o incluso del 20 % antes de retomar la subida.

Las señales que me hacen levantar la ceja

No es solo intuición. Hay datos objetivos que, cuando los junto, me hacen ser prudente:

• Esta semana fue impecable: todos los días hemos cerrado al alza y marcando máximos históricos. No pasaba algo así desde 2021. Y en aquella ocasión, después de una racha tan perfecta, llegó una corrección del 26 %.

El famoso indicador de Warren Buffett (capitalización bursátil respecto al PIB) está en máximos nunca vistos, más arriba incluso que en los picos de 2000 y 2008.

Goldman Sachs y su termómetro de la especulación: están detectando que buena parte del dinero está entrando en activos especulativos, valores “meme” y operaciones que tienen más de apuesta que de inversión.

Las manos fuertes venden: los institucionales llevan semanas reduciendo posiciones. Los que están comprando ahora son los pequeños inversores y las recompras de las propias empresas.

La deuda en margen está altísima: es decir, mucha gente está entrando en bolsa con dinero prestado. Y esto, históricamente, ha terminado mal. Cuando sumo todo esto, la imagen es clara: hay que seguir en el baile, pero sin alejarse demasiado de la puerta.

Lo que viene por delante

Además de las señales internas del mercado, hay factores externos que me parecen relevantes:

La liquidez global sigue creciendo, y eso sostiene el precio de los activos.

La estacionalidad de agosto, en años postelectorales, suele ser negativa.

Riesgo político y monetario: Trump ha empezado a presionar a la Fed para bajar tipos, y no descarto tensiones con aranceles en los próximos meses.

Los resultados empresariales: en la próxima semana se concentra nada menos que el 37 % de las publicaciones trimestrales en EE. UU. Eso puede ser gasolina para movimientos fuertes. Desde el punto de vista técnico, el S&P 500 tiene una resistencia muy dura en los 6400 puntos. Ahí hay acumuladas muchas opciones call, y ese nivel se está convirtiendo en una barrera difícil de franquear.

Mi conclusión personal

Me quedo con esta idea: seguimos en tendencia alcista, pero con un mercado que huele a burbuja. La sobrecompra es evidente, y el riesgo de una corrección en las próximas semanas es muy alto. No veo, de momento, un cambio de tendencia claro; solo creo que hace falta un respiro para que la fiesta pueda continuar. Lo comparto porque a veces se agradece parar, mirar el conjunto y recordar que los mercados, como la vida, tienen sus ciclos: la euforia siempre termina pasando factura si no sabemos cuándo bajar el volumen de la música.